Hablamos con Julieta Miguez, jugadora del club Luján de la Primera B. En el arranque de este año el equipo se ausentó del partido frente a Atlas por falta de director técnico. Paralelamente a estos inconvenientes, el plantel busca recaudar dinero para terminar de pagar sus camisetas.
Las condiciones en Luján para el fútbol femenino no son buenas desde hace meses. Si bien el club cubre los gastos de los partidos, tanto locales como visitantes, la disciplina atraviesa muchos problemas que principalmente son resueltos gracias al esfuerzo de sus jugadoras.
«Es todo a pulmón, luchando cada día, insistiendo por este deporte, aguantando muchas trabas pero pensando que lo último que queremos es dejar de jugar. Sabemos que si abandonamos, seguramente la disciplina desaparezca del club, ya que tampoco hay reserva ni escuelita», cuenta Julieta.
Como se sabe, la Primera B no es una categoría profesionalizada en Argentina, por lo que las jugadoras tienen que tener otros trabajos para subsistir, tal como aún sucede en la mayoría de los clubes de la semiprofesionalizada Primera A. En Luján, algunas lo hacen atendiendo el buffet. «Nos ofrecen trabajar la cantina cuando juega la Primera masculina y lo recaudado va para el fútbol femenino. Ese es nuestro ingreso para la disciplina, una cuota social y sponsors que consigamos nosotras mismas».
Además de estos problemas, que no dejan de ser moneda corriente para las mujeres que se dedican a jugar al fútbol, en el arranque de 2020 las lujanenses debieron lidiar con otro obstáculo: durante el receso se quedaron sin DT, por lo que no pudieron presentarse a su primer partido del año frente a Atlas, correspondiente a la fecha 14 del torneo, y perdieron los puntos.
Una vez más, resolvieron el inconveniente por sus propios medios. Una de las integrantes del plantel consiguió un reemplazo para el entrenador, que también trabajará gratis, mientras que el club aportará un mínimo de dinero para poder pagarle a un preparador físico. «De tanta insistencia parece que el cuerpo técnico va a continuar con nosotras«, dice Miguez. Así, consiguieron volver a la competencia y en la fecha 15 pudieron jugar su cruce con Liniers, en el que empataron 2-2.
El porvenir en pie de lucha por sus derechos
El siguiente paso para estas futbolistas tiene que ver con los elementos básicos necesarios para poder entrenar y jugar. En ese sentido, están comenzando a recaudar dinero para terminar de pagar sus camisetas. «Así lo hicimos con ropa de salida, elementos para entrenar, entre otras cosas. Así es nuestra lucha«, finaliza.
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